Antes de morir, hijo mío:

Antes de morir, hijo mío quisiera estar seguro de haberte enseñado…

A disfrutar del amor.
A confiar en tu fuerza.
A enfrentar tus miedos.
A entusiasmarte con la vida.
A pedir ayuda cuando la necesites.
A permitir que te consuelen cuando sufres.
A tomar tus propias decisiones.
A hacer valer tus elecciones.
A ser amigo de ti mismo.
A no tener miedo al ridículo.
A darte cuenta de que mereces se querido.
A hablar a los demás amorosamente.
A decir o callar, según tu conveniencia.
A quedarte con el crédito por tus logros.
A amar y cuidar del pequeño niño que hay en ti.
A superar la adicción a la aprobación de los demás.
A no absorber las responsabilidades de otros.
A ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia.
A no perseguir el aplauso, sino la satisfacción con lo hecho.
A dar porque quieres, nunca porque creas que es tu obligación.
A exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo.
A aceptar tus limitaciones y vulnerabilidad sin enojo.
A no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros.
A decir que sí solo cuando quieras y decir que no sin culpa.
A vivir en el presente y no tener expectativas.
A tomar más riesgos y asumirlos.
A aceptar el cambio y revisar tus creencias.
A trabajar para sanar tus heridas, viejas y actuales.
A tratar y exigir ser tratado con respeto.
A llenar, primero tu copa, y después la de los demás.
A planear para el futuro, pero no vivir en él
A valorar tu intuición.
A celebrar las diferencias entre los dos sexos.
A desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo.
A hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades.
A aceptarte así como eres.
A no mirar atrás para ver quién te sigue.
A crecer aprendiendo de los desencuentros y los fracasos.
A permitirte reir a carcajadas por la calle, sin ninguna razón.
A no idolatrar a nadie y a mí… menos que a nadie.

Jorge Bucay

POEMA DE AMOR

EL AMOR

EL AMOR El amor requiere de tiempo. Necesita toda una historia de dar y recibir, de reír y llorar. El amor jamás promete gratificación inmediata, sino tan solo satisfacción final. Amar implica creer en alguien, en algo. Supone una voluntad de luchar, de trabajar, de sufrir, de gozar. La recompensa y la satisfacción final son producto de un amor dedicado. Alcanzan sólo a aquellos que pueden ir más allá de ellos mismos, para quienes es más importante dar que recibir. Amar es hacer cuanto esté a tu alcance para ayudar al otro a concretar cualquier sueño que tenga. Amar implica mucha atención cuidadosa y activa. Es hacer todo lo que debe hacerse, y decir todo lo que provoque la felicidad, la seguridad y el bienestar del otro. A veces, el amor duele. El amor es un viaje permanente hacia las necesidades del otro. Debe ser atento, interesado y abierto, tanto a lo que se dice, como a lo que no se puede decir. El amor dice que no con enorme comprensión y compasión. El amor es firme también, pero, cuando es necesario, también es tierno. Cuando los demás han tratado y han fracasado, el amor es la mano que se tiende en momentos de desaliento y decepción. El amor es confiable. El amor es la elección y el compromiso con la real y verdadera felicidad del otro. Está consagrado a su crecimiento y satisfacción. El amor no es egoísta. En ocasiones el amor falla por falta de sabiduría o exceso de debilidad pero perdona, pues sabe que las intenciones eran buenas. El amor no impone condiciones. El auténtico amor siempre es un regalo que se otorga sin cargo. El amor sabe y acepta que siempre habrá desacuerdos y sentimientos perturbadores. Puede haber situaciones en las que medie una enorme distancia entre los que se aman, pero el amor es compromiso. Cree y lo resiste todo. El amor estimula la libertad del otro. El amor comparte las reacciones positivas y negativas a los sentimientos tanto cálidos, como fríos. El amor, el amor profundo, jamás rechazará al otro. Es el primero en alentar y el último en condenar. El amor es un compromiso con el crecimiento, la felicidad y la satisfacción otro.

Lo eres todo para mi...

Muere lentamente...

Te pude haber amado

QUE FUI PARA TI

Luz de Luna

TU CUERPO

TU CUERPO
Solo tu cuerpo despierta mis sentidos

Esta noche tampoco

Esta noche tampoco conseguiré abrazarte.
Otro día se ha ido y yo sigo esperándo,
como siempre, tus besos, tus caricias, tocarte;
acariciar tu espalda, recorrer tus caminos.
Arcoiris de colores nacería en mi pecho
si esta noche vinieras... Llorarían las estrellas
y los mil querubines que en nuestro cielo habitan;
cantarían sus canciones ¿las recuerdas? aquellas
que cantábamos juntos cuando fuimos amantes.
Pero tú no has venido, ni vendrás esta noche.
La luna se ha perdido entre dos nubarrones;
la esperanza se ha muerto; el mañana no existe.
El día se ha dormido mas... yo sigo esperando:
a que tu amor despierte y aparezca de nuevo,
a que sueñes conmigo y me desees despierto.
Espero que la llama resurja de sus ascuas,
que no se han apagado; que seas mi bien amado;
que retomes el vuelo y vuelvas a mi lado,
que me colmes de dicha, recorriendo mi cuerpo,
susurrando palabras bonitas al oído;
que me vistas de nubes y me lleves al cielo,
a ese cielo que juntos construimos en sueños.
¡Apresúrate, amor!, que te sigo esperando...

POEMA 20

NO HAY NADA MAS AMADO QUE LO QUE PERDI

estar enamorado

enamorate de alguien

NO ES QUE MUERA DE AMOR, MUERO DE TI

lunes, julio 02, 2007

Tu amor






EN UN RINCÓN DEL ALMA
En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejó tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creó.
En un rincón del alma
me falta tu presencia
que el tiempo me robó.
Tu cara, tus cabellos
que tantas noches nuestras
mi mano acarició.
En un rincón del alma
me duelen los "te quiero"
que tu pasión me dio.
No seremos felices,
no te dejaré nunca
siempre serás mi amor.
En un rincón del alma
también guardo el fracaso
que el tiempo me brindó.
Lo condeno en silencio
a buscar un consuelo
para mi corazón.
Me parece mentira
después de haber querido
como he querido yo,
me parece mentira
encontrarme tan solo
como me encuentro hoy.
Qué me brinda la vida
si a un poco de alegría
le sigue un gran dolor,
me parece mentira
que tampoco esta noche
escucharé tu voz.

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